Carlos Vargas es una persona del Camino. Como la luna que acompaña a la corriente, no trata de imponernos una visión preconcebida o un esteticismo cliché, nos abre las puertas a su peregrinaje fluido, natural y sin rumbo fijo del Japón que se despliega ante sus ojos. Encuentra la belleza en lo sencillo, lo natural, lo sutil, lo efímero y lo imperfecto: el ahora de montañas, templos, calles y edificios, el instante de una gota de agua, gente que camina, gestos de lo cotidiano.
Fotografías de Carlos Vargas
Texto: Claudia Hosso
Pasta blanda 112 páginas, 13.5 × 17 cm
Edición limitada de 100 ejemplares
$650
Sin existencias